Hoy Torsi me enseñó una nueva toma de ninjutsu:
Un hombre calvo y panzón te lanza un puñetazo directo al estómago.
Te haces a un lado.
Con una mano distraes su mirada, mientras con la otra le quitas el cinturón.
Caen sus pantalones al suelo y el calvo es presa de un ataque de hipo que dura entre quince y veinte minutos.
Tiempo suficiente para perdonarle la vida, calzarte su cinto y comprobar que la hebilla lleva grabadas tus propias iniciales.
Torsi, mi amigo ninja.
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